¿Donde estoy?



Este es el diario de campaña de una mesa de rol, de
Swords & Wizardry: Whitebox, un retroclón de la edición original de Dungeons & Dragons (OD&D). En estas páginas se registran los avances, andanzas, y traspiés de los muchos aventureros que buscan hacerse un nombre y ganar fama y fortunas saqueando el mundo subterraneo y explorando las tierras salvajes, luchando contra monstruos fantásticos y batallando contra magos y guerreros, con espada y hechizo.

2.5.12

5ª Sesión

El grupo comenzó la sesión con los personajes en Branson, con intenciones de viajar al norte, en búsqueda de un complejo subterráneo que estaba por allí según la información que el clérigo Candor les había dado. Con un buen clima partieron al día siguiente, luego de pasar la noche en el lugar. Siguieron el río recorriendo mucho terreno, boscoso y escarpado. Registraron todo el terreno recorrido en búsqueda de ruinas o una entrada a la tierra pero no encontraron nada de interés. Pasaron la noche en las colinas. Al otro día siguieron viajando al norte y rastrillando el terreno, y no encontraron nada hasta llegar a una cadena montañosa más al norte, allí encontraron una caverna alta, en la cual había un manantial y una laguna donde nace el Río Ocre. En el interior, encontraron un imponente portón hacia el interior de la montaña, reforzado con hierro y acero, y un mecanismo de barras de metal sobre eso. Habían huellas de ingreso y egreso reciente. No encontraron como abrirla, y no obtuvieron respuesta al golpearla. A fuerza de músculos la puerta no se inmutó tampoco. Notaron unas escrituras en lengua enana sobre esta. Almandía, la clériga, tomó nota de ellas para luego ver si era posible traducirlas en Malistair.

Acamparon cerca, y durante la noche fría fueron atacados por tarántulas gigantes, grises, de montaña. A una la obligaron a huir, gracias a Yakon y su habilidad de combate. La otra se llevó a Almoir, un jabalinero mercenario contratado hace poco, hacia arriba de la montaña, dejando atrás solo una jabalina y un manchón de sangre. Al día siguiente Yakon se decidió a escalar y ver si podía encontrar la guarida de la criatura. El rastro de sangre llevó hasta una pequeña cueva, más bien una grieta, a unos 50 metros de altura. Luego de explorar parte del túnel atestado de telas, huesos y sangre, el bárbaro se encontró con el arácnido. Intentó batallarlo pero terminó siendo mordido y perdió la consciencia. El elfo, la clériga, y un mercenario subieron a buscarlo, y utilizando trampas de oso, aceite ardiendo, y antorchas, lograron vencerla. Almoir estaba muerto, pero el bárbaro aun tenia pulso. Un día después recuperó la consciencia. Acamparon en el lugar, aunque más lejos, y volvieron a Branson. Ahí pasaron la noche nuevamente. El clima durante todos los días fue muy duro, con viento y nieve cayendo constantemente.

Después de esto partieron a Malistair, donde se encargaron de pagar la mensualidad del piso que alquilan, recuperarse de las heridas, y demás asuntos. En sus viajes, ganaron alrededor de 80 PX cada uno, y no recuperaron nada de tesoro.

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