¿Donde estoy?



Este es el diario de campaña de una mesa de rol, de
Swords & Wizardry: Whitebox, un retroclón de la edición original de Dungeons & Dragons (OD&D). En estas páginas se registran los avances, andanzas, y traspiés de los muchos aventureros que buscan hacerse un nombre y ganar fama y fortunas saqueando el mundo subterraneo y explorando las tierras salvajes, luchando contra monstruos fantásticos y batallando contra magos y guerreros, con espada y hechizo.

14.5.12

8ª Sesión


Una vez en la fortaleza de Nortumbria, el grupo pagó unas camas en El Dragón Verde, y pasaron unos días en el lugar recuperándose y planeando una nueva incursión a la Tumba de Turizhas Bôr. Con el invierno aun soplando tras sus espaldas, partieron hacia el oeste.

Una vez allí, se prepararon para ir directamente al segundo nivel. Descendieron la escalera y exploraron varias cámaras, encontrando en el camino dos sarcófagos destruidos (y vacíos), una antorcha vieja, envolturas de raciones de fieltro, una puerta trabada con clavos, y la carcasa de una araña gigante con varias flechas clavadas. También encontraron una cámara con tres zombies, uno de ellos un enano. La clériga intentó expulsarlos, pero su resolución no fue suficiente. Aún así, los muertos vivientes fueron destruidos con relativa facilidad por los guerreros. Tomaron el hacha de mano del enano zombie. Gracias al elfo, encontraron también una habitación secreta, la cual parecía ser el estudio y la pieza de alguien muerto hace tiempo. Un esqueleto con dos anillos en los huesudos dedos descansaba sobre una cama, así como también varios pergaminos, uno de ellos mágico y de origen clerical. Todo tenía un aspecto antiguo y frágil, y la mayoría de las cosas se desintegraban o desarmaban al tacto. También encontraron un cofre con 100 monedas de oro.

Decidieron volver a Nortumbria, satisfechos con el oro conseguido y el pergamino mágico, pero cuando caminaban por una encrucijada de pasillos, fueron atacados por una araña como la encontrada muerta anteriormente. Luego de un apretado combate que incluyó aceite que goteaba ardiendo del techo sobre la espalda de la criatura, ésta huyó con el cuerpo inconsciente de Roco el mercenario ballestero de Óudenin el elfo entre las mandíbulas. Siguieron el rastro de aceite, icor, y sangre roja por un pasillo hacia una enorme cámara con techo alto, toda cubierta de espesas telarañas, las cuales oscurecían la visión. En el lugar fueron emboscados por dos arañas más, que saltaron del techo, y luego una tercera, que resultó ser la primera que los había atacado. Rochabart, el allegado de Óudenin, fue envenenado en el combate también, al igual que Daelir, mercenario jabalinero de Yakon. Una vez ganada la batalla, buscaron y encontraron el cuerpo aparentemente sin vida de Roco, y salieron del lugar arrastrando tres cadáveres, hacia Nortumbria.

Allí tuvieron que decidir si dar o no por muertos a sus hombres, ya que los guardias del castillo no permitieron que entraran cadáveres al lugar, como era de esperarse. Yakon fue a las afueras del lugar a darle un entierro digno a Daelir. Convencido de que sus mercenarios solo estaban en un estupor parecido a la muerte, Óudenin buscó desesperado a alguien competente que le ayudara, y dio con el apotecario del castellano, un extraño anciano con ropaje de colores que se refería a todos con los que hablaba en tercera persona. Éste afirmo luego de una prueba con un líquido extraño que los hombres no estaban muertos, no aún al menos, y con el tiempo, y con suerte, quizás volvieran a la vida. Esto escuchó Yakon al volver, y corrió a desenterrar al hombre que había sepultado "vivo", junto con la ayuda del consternado elfo. Al día siguiente, tanto Rochabart como Roco, y aun el enterrado vivo Daelir, recobraron la consciencia, aunque muy enfermos y débiles. El apotecario les cobró una suma total de 200 piezas de oro por el "diagnóstico", una pequeña fortuna, realmente.

Mientras, el mago Naylu analizó los anillos y el pergamino mágico a través de las artes arcanas, y averiguó que el pergamino era uno de Protección Contra el Caos, pero que los anillos, a pesar de ser muy hermosos, eran mundanos.

Los personajes ganaron un botín de 100 piezas de oro en total, más dos anillos a tasar y vender más adelante, además del pergamino mágico. Cada uno ganó alrededor de 200 PX.

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