¿Donde estoy?



Este es el diario de campaña de una mesa de rol, de
Swords & Wizardry: Whitebox, un retroclón de la edición original de Dungeons & Dragons (OD&D). En estas páginas se registran los avances, andanzas, y traspiés de los muchos aventureros que buscan hacerse un nombre y ganar fama y fortunas saqueando el mundo subterraneo y explorando las tierras salvajes, luchando contra monstruos fantásticos y batallando contra magos y guerreros, con espada y hechizo.

7.5.12

7ª Sesión

Una vez en Nortumbria, repartieron las monedas recuperadas de los orcos en el primer nivel de la Tumba de Turizhas Bôr, entre unos vasos de vino caliente y estofado, en el Dragón Verde, la única posada en la fortaleza y sus alrededores. Pasaron unos tres días en el lugar, y reclutaron a dos mercenarios más para realizar una incursión adicional a la Tumba, con intenciones de descender al segundo nivel.

Después de caminar entre la nieve por cinco horas, llegaron al lugar. Allí encontraron y despacharon fácilmente a 5 ratas gigantes que husmeaban unos escombros en una pequeña cámara oval. Mientras registraban los escombros (y recuperaban unas monedas en un saco perdido bajo los bloques), dos mercenarios puestos como vigías en la entrada fueron atacados con una jabalina y un hacha arrojadiza. Ingresaron rápido a la habitación y dieron aviso de lo sucedido. Miraron a través del pasillo con la lámpara de ojo de buey pero no pudieron ver nada más que la oscuridad a lo lejos. Juntaron rápido las monedas que faltaban y fueron hacia las cavernas más adelante, a ver si el ataque había provenido de allí. Encontraron las huesudas carcasas de los morlocks asesinados hacía meses ya ahi, pero no se atrevieron a tocarlas. Siguieron adelante e ingresaron a la capilla donde habían dado muerte a los orcos en la sesión pasada. Escucharon ruido y se prepararon al combate, pero para sorpresa de todos, en lugar de más orcos o alguna otra criatura del caos, se encontraron con tres hombres. Dos portaban armaduras de cuero y armas, y el otro un bastón y ropajes holgados. Con una mirada algo altiva se presentó a ellos como Naylu, y a los dos hombres como sus espadas de alquiler. Decía estar buscando alguna clase de conocimiento perdido en este lugar. El grupo le explicó que ellos estaban buscando cualquier clase de tesoro perdido en este lugar. Como sus objetivos compartían circunstancias, decidieron aunar fuerzas.

Siguieron buscando a sus furtivos atacantes, y los encontraron en una cámara cercana a las Criptas. Eran tres bárbaros de las tribus del norte, y al entrar en combate se entranzaron en una furia desmedida. A pesar de que pelearon con ferocidad, e hirieron de gravedad a Rochabart, el seguidor de Óudenin el elfo, fueron despachados. Intentaron interrogar a uno que había quedado gravemente herido, pero este se negó a contestar todas las preguntas, pidiendo solo "la marca o la muerte". Luego de algunos golpes le dieron lo que pidió y Yakon le cortó la garganta. Khaer-Tar, mercenario de la clériga, y tambíen oriundo de las tribus del norte, no se vió feliz con el trato que recibió el enemigo caído. En la cámara que residían encontraron un humilde campamento, y un baúl con ropajes de mercader ensangrentadas, mercancías varias (clavos, herraduras, herramientas simples, telas) y 600 piezas de plata y 30 de oro. Siguieron adelante y se aprestaron para descender al segundo nivel cuando fueron sorprendidos por una criatura, obviamente muerta viva, vestida para la batalla, con un hacha de combate, una armadura de escamas muy larga, y unos largos ropajes verde oscuros hechos jirones. La lucha fue algo dura, y uno de los mercenarios de Naylu fue decapitado por el guerrero espectral. Finalmente, lo destruyeron, y su cuerpo se deshizo en un viento de malignidad. Heridos y algo sobresaltados, los aventureros decidieron volver a Nortumbria para poder descansar e intentar explorar el segundo nivel mejor preparados. Khaer Tar el mercenario abandonó la compañía.

Durante la sesión, ganaron unos 100 puntos de experiencia.

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