¿Donde estoy?



Este es el diario de campaña de una mesa de rol, de
Swords & Wizardry: Whitebox, un retroclón de la edición original de Dungeons & Dragons (OD&D). En estas páginas se registran los avances, andanzas, y traspiés de los muchos aventureros que buscan hacerse un nombre y ganar fama y fortunas saqueando el mundo subterraneo y explorando las tierras salvajes, luchando contra monstruos fantásticos y batallando contra magos y guerreros, con espada y hechizo.

30.4.12

4ª Sesión

En La Cripta del primer nivel de La Tumba de Turizhas Bôr el grupo fue encontrado por una partida de orcos mientras recuperaban el tesoro de la ánfora, posiblemente atraídos por el ruido de la batalla contra los muertos vivientes. Yakon intentó engañarlos pero no tuvo éxito, y terminaron parlamentando tensamente. Los orcos exigieron una paga que el grupo consideró demasiado alta, y comenzó un combate que solo duró lo que tarda el disparo de una ballesta, ya que las criaturas se dieron a la fuga. Los aventureros intentaron seguirlos y emboscarlos, pero los humanoides se perdieron en las profundidades del lugar y no regresaron. Mientras esperaban, fueron encontrados por tres cien pies gigantes, los cuales fueron despachados rápidamente.

Después de esto, la compañía decidió dejar el lugar y viajar a la fortaleza de Nortumbria para pasar la noche y dividir el tesoro. Recuperaron 100 piezas de oro y 800 de plata, y 60 puntos de experiencia para cada uno, dando un total de alrededor de 180 puntos de experiencia para cada uno. Dos mercenarios cayeron en combate.

Luego decidieron viajar a Malistair para después dirigirse a Branson y finalmente encontrar el lugar que supuestamente yacía al norte de la pequeña aldea, todo esto según la información que intercambiaron con el clérigo en Nortumbria unos días antes. En la ciudad, mientras se reabastecían para el viaje, fueron convocados por un personaje con el nombre de Foroden "El Rojo", un carismático elfo del barrio de los puertos que parece dirigir una suerte de red de matones y corta cuellos que operan en la ciudad. Les ofreció una oferta "que no podían rechazar". Esta consistía en venderle a él todas las armas y armaduras que consiguieran, en lugar de a los mercaderes afiliados a los gremios.

El único inconveniente durante el viaje a Branson fue el mal clima invernal y un desvío que los llevó más al norte de lo que esperaban. Llegaron a la aldea cansados , y comieron una comida caliente y compartiron unos relatos de sus aventuras con los locales. Al final del relato de Yakon, se les acercó un hombre con las ropas de un explorador. Éste les dio una suerte de amenaza disfrazada de advertencia, o al revés, al decirles que Branson era un lugar pacífico, y que cualesquiera que fuesen sus intenciones, que no alteraran la paz ni trajeran atención indeseada de los alrededores a la aldea. Terminado esto, Tarver (pues asi se llamaba), les pagó una ronda de cervezas y se retiro, sin compartirlas con ellos. Todos los integrantes del grupo aceptaron algo sorprendidos, pero no le dieron mucha importancia.

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